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Música del RENAcimiento

Música del RENAcimiento

Música del Renacimiento

La música renacentista es la música clásica europea escrita durante el Renacimiento, entre los años 1400 y 1600, aproximadamente. Definir el inicio de la era es difícil, dada la ausencia de cambios radicales en el pensamiento musical del siglo XV. Además, el proceso por el cual la música adquirió sus características renacentistas fue gradual.

Estilo

La creciente dependencia del intervalo de tercera como consonancia es una de las características más pronunciadas de la música renacentista (en la Edad Media los intervalos de tercera habían sido considerados como disonancias). La polifonía, usada desde el siglo XII, se volvió bastante elaborada, con un creciente número de voces independientes durante el siglo XIV. El principio del siglo XV trajo consigo la simplificación, con las voces esforzándose a menudo por ser más suaves. Esto fue posible debido al gran aumento del rango vocal en la música, a diferencia de la Edad Media en la cual el rango estrecho hizo necesario el cruce frecuente de las partes requiriendo así de un mayor contraste entre ellas.

Las características modales (opuestas a las tonales) de la música del Renacimiento comenzaron a agotarse hacia el final del período con el uso creciente de intervalos de quinta como movimiento entre fundamentales. Desde entonces esto se ha convertido en una de las características definitorias de la tonalidad.

Géneros

Las formas litúrgicas más importantes que se mantuvieron durante el Renacimiento fueron la misa y el motete, con algunas innovaciones hacia el final (por ejemplo, en la misa el método imitativo reemplazó a la técnica de un único cantus firmus, y se pasó a componer para 5 ó 6 voces), que se produjeron a medida que los compositores de música sacra comenzaron a adoptar formas no religiosas, como el madrigal, para sus propias composiciones. Otros géneros sagrados habituales fueron el madrigal espiritual y la lauda.

Durante este período la música religiosa tuvo una creciente difusión, debida a la exitosa novedad de la impresión musical, y una amplia variedad de formas; por demás, es probable que una gran cantidad de música popular del Medioevo tardío se haya perdido debido a la falta de documentación. La música no religiosa del Renacimiento incluye cantos para una o varias voces, en formas como la frottola, la canción, el madrigal, la caccia, la chanson en sus diferentes formas (rondeau, virelai, bergerette, balada), la canzonetta, el villancico, la villanela, la villota, y la canción de laúd.

La música instrumental incluye la música para conjuntos de flauta de pico, viola da gamba y otros instrumentos, así como danzas para conjunto. Los géneros más comunes fueron la toccata, el preludio, el ricercar y la canzona. Entre las danzas eran habituales la bajadanza, la pavana, la gallarda, la alemanda o la corriente.

Hacia el final del período, aparecen los primeros antecedentes dramáticos de la ópera tales como la monodia, la comedia madrigal y el intermedio.

Teoría y notación

Las composiciones del Renacimiento estaban escritas únicamente en particellas; las partituras generales eran muy raras, y las barras de compás no se usaban. Las figuras eran generalmente más largas que las usadas en nuestros días; la unidad de pulso era la semibreve, o redonda. Como ocurría desde el Ars Nova cada breve (cuadrada) podía equivaler a dos o tres semibreves, que podría ser considerada como equivalente al "compás" moderno, aunque era un valor de nota y no un compás. Se puede resumir de esta forma: igual que en la actualidad, una negra puede equivaler a dos corcheas o tres que se escribirían como un "tresillo". En la misma lógica se puede tener dos o tres valores más cortos de la siguiente figura, la "mínima," (equivalente a la moderna "blanca") de cada semibreve. Estas diferentes permutaciones se denominan "tempus perfecto/imperfecto" según la relación de breve-semibreve y "prolación perfecta/imperfecta" en el caso de la relación semibreve-mínima, existiendo todas las combinaciones posibles entre uno y otro. La relación tres-uno se llamó "perfecta," y la dos-uno "imperfecta." Para las figuras aisladas existían reglas que reducían a la mitad o doblaban el valor ("imperfeccionaban" o "alteraban," respectivamente) cuando estaban precedidas o seguidas de determinadas figuras. Las figuras con la cabeza negra (como las negras) eran menos habituales. Este desarrollo de la notación mensural blanca es el resultado de la popularización del uso (sustituyendo al pergamino) del papel, más débil y que no permitía el rasgado de la pluma para rellenar las notas; la notación de la época precedente, escrita en pergamino, era negra. Otros colores, y más tarde, el relleno de las notas (ennegrecimiento) fueron usados para indicar imperfecciones o alteraciones, etc.

Música del Renacimiento Temprano (1400–1467)

Van desapareciendo los rasgos de la música medieval tardía, tales como la isorritmia y la sincopación extrema, resultando un estilo más límpido y fluido. Si bien se perdió complejidad rítmica, se ganó en vitalidad rítmica y el empuje armónico cadencial se convirtió en un aspecto importante hacia mediados del siglo.

Música del Renacimiento Pleno (1467-1534)

Hacia el final del siglo XV, la música sagrada polifónica (según lo ejemplificado en las misas de Johannes Ockeghem y de Jacob Obrecht) había llegado a ser de nuevo más compleja, de una forma que se puede quizás correlacionar con el detallismo imperante en la pintura de la época. Ockeghem, particularmente, tenía gran afición al Canon, tanto convencional como mensural. Incluso compuso una misa en la cual todas las piezas se derivaban canónicamente a partir de una sola línea musical.

Durante las décadas de inicio del siglo siguiente, la convención musical de un tactus (pensemos en el moderno compás) de dos semibreves=una breve comenzó a ser tan común como el de tres semibreves=una breve, como había sido habitual hasta entonces.

Al comienzo del siglo XVI, se aprecia otra tendencia hacia la simplificación, como se puede ver en cierto grado en el trabajo de Josquin des Prez y sus contemporáneos de la escuela franco-flamenca. Lo mismo se observa posteriormente en el de Palestrina, que reaccionaba parcialmente a las restricciones del concilio de Trento, que desalentó la polifonía excesivamente compleja por impedir la comprensión del texto. En el siglo XVI, la escuela franco-flamenca se alejó pronto de los sistemas complejos del juego canónico y mensural de la generación de Ockeghem, tendiendo hacia la imitación por secciones y a los duetos o tríos dentro de una textura general que llegó a incluir hasta cinco y seis voces. Incluso antes de las reformas del concilio de Trento, se comenzaron a escribir prolongados pasajes homofónicos para subrayar el texto o puntos importantes de articulación. Palestrina, por otra parte, vino a cultivar un fluido estilo de contrapunto libre en una densa y rica textura en la cual las disonacias eran seguidas por consonancias en cada pulso. Los retardos eran muy habituales (ver contrapunto). En este período, el tactus era generalmente de dos semibreves por breve, con tres por breve para los efectos especiales y las secciones culminantes; se trataba de una revocación casi completa de la técnica que había prevalecido en el siglo anterior.

Música del Renacimiento Tardío (1534 - 1600)

En Venecia, desde 1534 hasta aproximadamente 1600, se desarrolló el impresionante estilo policoral, que dio a Europa algunas de las más espléndidas composiciones musicales de aquellos tiempos, con los múltiples coros de cantantes, metales y cuerdas en diferentes espacios de la Basílica de San Marcos de Venecia (ver Escuela Veneciana). Estas múltiples combinaciones se difundieron por toda Europa en las décadas posteriores, empezando por Alemania y propagándose poco después a España, Francia e Inglaterra, marcando el principio del cambio estilístico que conduciría al Barroco musical.

Es esta época tardorrenacentista la que ve nacer la llamada Escuela Romana. Muchos de sus compositores tenían una conexión directa con el Vaticano y con la capilla papal, aunque trabajaron en otras iglesias; los compositores romanos eran estilísticamente más conservadores que los de la Escuela Veneciana. El autor más famoso de la Escuela Romana fue Giovanni Pierluigi da Palestrina, cuyo nombre ha sido asociado por más de 400 años con la tranquila, clara y perfecta polifonía.

El breve pero intenso florecimiento del madrigal en Inglaterra, sobre todo entre 1588 y 1627, es conocido como la Escuela Madrigalística Inglesa. Los madrigales ingleses eran a cappella, predominantemente ligeros en estilo, y generalmente empezaban como copias o traducciones directas de los modelos italianos. La mayoría fueron escritos para entre 3 y 6 voces.

Musica reservata es un término que se refiere a un estilo o a una práctica musical a cappella de la época tardía, principalmente en Italia y el sur de Alemania, asociado al refinamiento, cierta exclusividad y una intensa expresión emocional del texto cantado.

Además, en muchos compositores se observa una división en sus propios trabajos entre la primera práctica (música en el estilo polifónico del renacimiento) y segunda práctica (música del nuevo estilo) durante la primera parte del siglo XVII.

Manierismo

A finales del siglo XVI, acabando el Renacimiento, se desarrolló un estilo manierista radical. En música profana, especialmente en el madrigal, había una tendencia hacia la complejidad y hacia el cromatismo extremo (como se observa en las madrigales de Luzzaschi, Marenzio, y Gesualdo).

Transición al Barroco

Empezó en Florencia, donde hubo un intento de revivir el drama y el estilo musical de la antigua Grecia mediante la monodia, un canto declamado sobre un acompañamiento instrumental simple; el contraste con el estilo polifónico entonces dominante era absoluto. Inicialmente la monodia fue utilizada sólo en la música profana. Estos músicos fueron conocidos como la Camerata Florentina.

Surgimiento de la música instrumental

El interés por la música instrumental dio lugar al surgimiento de nuevos estilos y formas independientes. Hubo un incremento en la producción y en la calidad; pero este incremento no quiere decir otra cosa más que que la música comenzó a escribirse, pues antes la práctica habitual era la improvisación, que por demás se siguió practicando en gran medida.

Los instrumentos participaban junto con las voces en la ejecución de la música polifónica, aunque no se sabe en qué medida. Además, mucha música se ejecutaba de forma puramente instrumental. Esto lo sabemos gracias a los libros sobre instrumentos encontrados, que explicaban cómo tocarlos. Gracias a ellos se conocen, también, problemas de afinación, de altura, temperamento u ornamentación. El primer libro conocido es "Resumen de la música en alemán".

Se escribieron numerosos libros para instrumentos tales como la flauta dulce, la viola da gamba, la chirimía, la corneta, la trompeta o el sacabuche. Hay que destacar también los libros para instrumentos de teclado como el órgano y el clave.

El laúd

El laúd, un derivado del al'ud medieval, se convirtió pronto en el instrumento doméstico solista más popular en Europa, como la vihuela lo fue en España.Podía ser de diversos tamaños y formas, aunque la más común era la forma de pera. Había gran diversidad de materiales, aunque todos tratados con extrema exquisitez artesanal. Tenía una cuerda simple y cinco dobles y el clavijero vuelto hacia abajo. Con él podían ejecutarse acordes, melodías, escalas y gran amplitud de ornamentos. Se utilizaba como instrumento solista con el canto y en conjuntos de cámara. La vihuela de mano fue su equivalente español, y la notación utilizada para ambos era la tablatura.

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